Cuerpo de Luz
Bajo la evidente belleza de las flores encontramos algo sutil, se llama campo resonante o vibración. Este cuerpo de luz no es visible para la gran mayoría de las personas. Hoy, gracias a sistemas como la bio-resonancia, conseguimos capturar la energía luminosa que cada cuerpo vegetal contiene.
Este cuerpo de luz es la manifestación electromagnética de todos aquellos compuestos que forman la estructura química de la planta. Agua, aceites esenciales, fitohormonas, oligoelementos vibrando como en un fuego interno. Átomos girando entre sí, como en el juego infantil pilla-pilla.
Esta vibración positiva y completa es lo que debe tener todo alimento y toda medicina. Este aporte de luz se ensambla en nuestro organismo, como la pieza del puzle que nos faltaba.
Somos luz, emitimos luz y la carencia en el cuerpo de esta fuerza brillante nos enferma. Es aquí donde intervienen los beneficiosos paseos por la montaña y el mar. Los abrazos a los arboles centenarios, la meditación en los menhires, crómlech o lugares ancestrales.
Es a través de los elixires florales, las piedras, el magnetismo y los colores, que este cuerpo de luz recupera parte de su brillo. Cada día estudiamos más nuestra relación con el entorno y descubrimos que estamos hechos de trocitos de aquello que nos rodea. Partículas de vida que danzan unidas en este baile nupcial que llamamos primavera.