INTOXICACIÓN POR METALES PESADOS
Nuestra sociedad ha encontrado un sistema de producción y bienestar, el cual parece ir asociado a “intoxicarse”.
Resulta paradójico que en esta evolución de la era industrial a la era tecnológica, no se piense en el verdadero alcance y repercusiones negativas que tienen muchos de nuestros actos.
Una buena parte de las toxinas o residuos que encontramos en el ambiente y en nuestros cuerpos proviene de los hidrocarburos.
El plomo es uno de los subproductos principales de los carburantes. Éste se libera a la atmósfera a través de la combustión. Esto quiere decir que a mayor numero de vehículos en nuestro entorno, mayor será la presencia de plomo en la atmósfera que respiramos. También encontramos cada vez mayores cantidades de aluminio atmosférico, elemento que se ha empleado en los estudios para el control del clima.
Evidentemente, son muchos los elementos nocivos que se encuentran suspendidos y que forman parte del aire que respiramos, el agua que bebemos y muchos de los alimentos que comemos a diario. Sabemos que elementos como el plomo son neurotóxicos y afectan a la salud del sistema nervioso. El plomo está implicado en las alteraciones de la memoria, problemas de conducta, agresividad, inestabilidad afectiva, fatiga crónica y disminución de la inteligencia. Se han llevado a cabo numerosos estudios con grupos de niños hiperactivos. Los análisis de cabello destacan elementos como cadmio, aluminio y plomo en niveles muy superiores a lo que el cuerpo tolera.
El cadmio es un metal toxico liberado por el humo de los vehículos, fabricación de pinturas y cigarrillos.
El arsénico también se emplea en procesos de combustión, fabricación de jabones y detergentes.
El mercurio está presente como conservante (tiomersal) en las vacunas comunes como tétanos, gripe o meningococo. Otro uso muy común de este elemento han sido los empastes dentales.
La extracción de Lignio en Alemania ha contaminado ríos y bosques. Otros países con alta extracción minera también han alterado sensiblemente sus ecosistemas.
Evidentemente, todos nos beneficiamos de este tipo de productos de fabricación de formas muy diversas. Sin embargo, los subproductos o el efecto residual de su manejo, está causando décadas después de su descubrimiento, severas consecuencias sobre la salud humana. Es más que evidente el efecto nocivo de la contaminación sobre la población. Se ha comprobado que un efecto acumulativo tiene nefastas consecuencias sobre la inteligencia en niños. También es notable el aumento de abortos, esterilidad y cáncer entre las poblaciones con mayor exposición a este tipo de contaminantes.
Siempre recurrimos a la naturaleza para encontrar respuestas y soluciones. Al observar el comportamiento de algunos hongos, vegetales e incluso animales como la lombriz, aprendemos que existen comedores y transformadores de estos agentes contaminantes en sustancias no tóxicas. Sin duda es una gran alegría saber que en estas décadas de desconocimiento en las cuales nos hemos ido intoxicando sin saberlo, podemos encontrar alternativas o complementos que de forma saludable consiguen quelar y eliminar de nuestro organismo estos subproductos tóxicos. Fueron muchos los ensayos llevados acabo hasta conseguir apreciar realmente un descenso significativo de estos agentes nocivos.
Al comienzo del estudio, llamaba la atención la alta presencia de estos elementos nocivos en los enfermos de vejiga que eran muy fumadores. También destacaban agricultores, pintores de metales y determinados gremios de la rama metalúrgica. Se emplearon vegetales con capacidad quelante y de un modo favorable sus niveles de aluminio y otros elementos disminuyeron, además de mejorar sus patologías. Hoy en día, un complemento nutricional quelante puede llegar a ser un método práctico para hacer desaparecer, o al menos reducir, el impacto de estos patógenos sobre nuestra salud.
Nuestro departamento investigó 50 plantas seguras que pudiesen desempeñar una acción de barrido y limpieza, además de tener un efecto reconstituyente sobre los daños causados por este tipo de envenenamiento. Con el fin de lograr resultados más estables, se seleccionaron tres de ellas que servirían como punta de lanza para quelar y despojar del organismo aquellos elementos residuales acumulados. De todo el estudio se desarrollaron dos preparados: MSJ y DMP. Ambos consistían en extractos estandarizados de ciertas variedades de Víscum, Thymus y Chlorella. La acción quelante de estos preparados favorece la eliminación de metales pesados, depura al organismo y ayuda a mejorar la capacidad cognitiva, la memoria y los reflejos naturales de la mente. Previenen la hipertensión arterial, evitan la anemia e impiden la proliferación de ciertos parásitos oportunistas.
Una vez más la naturaleza sale al paso para ayudar a la raza humana en este proceso evolutivo en el que se repite una vez más el “ensayo-error”. Así vamos aprendiendo como individuos y como grupo.