Electromagnetismo
Estos dÍas amanecíamos con la noticia de que 50 aeropuertos en Estados Unidos deberían estar blindados a las distorsiones que producen las antenas 5G en las comunicaciones y navegación aérea.
Bajo un gran recelo y controversia, las compañías anunciaron que el factor 5 G podría causar miles de cancelaciones de vuelos. Nunca un avance tecnológico había causado tanta controversia entre la comunidad científica, la ciudadanía, el Pentágono y la OTAN.
Esta tecnología de origen militar promete acelerar las señales de comunicación haciéndolas mucho mas veloces y globales. Un modo de tener la comunicación globalizada de un modo casi instantáneo.
¿Por qué surgen tantos recelos y se especula sobre su falsa inocuidad sobre la salud humana? Los estudios demuestran que cada ser humano es un cuerpo de resonancia con una onda única y característica.
Esto lo saben muy bien los servicios de rastreo de las agencias de inteligencia y contrainteligencia de los países. Esta señal que cada uno de nosotros emitimos es como un documento personal intransferible.
La energía contenida en los alimentos, los espacios naturales, el mar, incluso la meditación o la oración, mantienen esta frecuencia activa. Es por ello que muchas ondas electromagnéticas del mundo moderno se han convertido en perjudiciales a nivel celular y social.
Sabemos que la ciencia médica trabaja con ondas y frecuencias en el diagnostico precoz de ciertas enfermedades. También son empleadas en los tratamientos de dolencias como problemas musculares, focos de dolor, calcificaciones e incluso tumores.
No obstante, en las ultimas décadas se han observado que los humanos, animales y plantas reaccionan mal a ciertos tipos de radiaciones electromagnéticas. Se observan malformaciones celulares, problemas de crecimiento y estrés inmunológico.
Por más que se silencien las voces, nunca antes habíamos visto a tantos científicos eminentes negarse a la instalación de la tecnología 5G en el ámbito civil. Algo que hasta la fecha sonaba a ensayo militar, frecuencias subliminares e inducción de mensajes y órdenes de la más diversa índole, hoy se impone en el mundo.
Una vez más el tiempo será quien nos diga de qué se trata.