Flora bacteriana y salud intestinal
Cada día se amplían nuestros conocimientos sobre la biota del intestino. En la ultima década se han retomado las investigaciones sobre los microorganismos que forman “ la gran familia de trabajadores laboriosos” con los que cuenta nuestro intestino. Gracias a estas investigaciones sabemos mejor el papel que cada uno de ellos desempeña dentro de esta factoría de transformación que llamamos digestión.
El creciente aumento de las alteraciones gastrointestinales, intolerancias y alergias, ha dado como fruto un mayor interés por conocer mas sobre nosotros mismos. Que duda cabe que el impacto de los malos hábitos en la sociedades llamadas “avanzadas”, así como la incorporación a los alimentos de ciertos agentes químicos, alimentos transgénicos, refinamiento entre las mas destacadas, ha generado el aumento de numerosas alteraciones de salud entre la población. Antes de culpar directamente a estas sustancias químicas contenidas en los alimentos, se llevaron a cabo estudios con grupos de gatos y ratones. Uno de los grupos mantendría sus hábitos naturales y el otro grupo de estudio sería mantenido con alimentos procesados.
Al tercer año el estudio comenzó a tener las primeras evidencias del cambio. Mientras el grupo que seguía pautas salvajes o naturales mantenía el mismo índice de nacimientos y tasa de enfermedades, en el grupo alimentado artificialmente habían aumentado el numero de abortos o las crías nacidas sin vida. Al quinto año este mismo grupo ya comenzaba a tener problemas dentales. El estudio duró 15 años, tras los cuales hubo evidencias suficientes para definir la influencia negativa de ciertos patrones alimentarios. También se destacó la importancia de alimentarse con alimentos tradicionales de procedencia ecológica, libres de agentes químicos y cultivados en tierras sin fatiga por sobreexplotación.
A partir de este momento muchas mas informaciones nos han llegado sobre la estrecha relación entre alergias, sarpullidos, e irritaciones cutáneas, las cuales tienen su origen en una mala alimentación. Ya sea por cantidad o por calidad. Otros trastornos cada vez mas comunes son las intolerancias a ciertos grupos de alimentos. Mientras algunas personas nacen con este tipo de problema digestivo, como sucede con la celiaquía, otras lo desarrollan inexplicablemente en la edad adulta. Lo que se evidencia de buena parte de estos estudios alimenticios es la alta presencia de agentes nocivos para la salud. Nuestra flora intestinal se bloquea y sucumbe a ciertos metales pesados, agentes químicos e incluso ciertos medicamentos. Digamos que la flora no esta programada para hacer frente a estos agentes venidos del mundo exterior a través de los alimentos, el aire o el agua.
Un problema que llama la atención de los investigadores es la enfermedad de (EHNA) Esteatohepatitis no alcohólica. Un problema creciente que afecta a humanos y animales. Parece ser que un consumo exagerado de harinas refinadas, almidones y azúcar, aumenta la población de (Klepsiella pneumoniae) responsable de la producción de alcohol en el intestino a través de los hidratos de carbono. Este problema aumenta los depósitos de grasa en el hígado así como las transaminasas.
Hace 20 años nuestro departamento de investigación comenzó a estudiar los trabajos de flora intestinal del eminente doctor Edwar Bach. Estas evidencias nos pusieron en un nuevo camino nutricional y terapéutico que daría como resultado la creación de probióticos y prebióticos para atender desordenes gastrointestinales e inmunológicos.
Cuando nacemos, nuestro intestino cuenta con una población bacteriana muy elevada. A medida que pasan los años y crecemos, estos trabajadores recibirán el impacto de infecciones, medicamentos, alimentos mal combinados o en mal estado y ciertos agentes contaminantes de la atmosfera. Esto disminuirá progresivamente la población de trabajadores intestinales. La metamorfosis de los alimentos brutos en sustancias de interés nutricional, enzimático e inmunológico, comenzará a verse ligeramente alterada y solo años después comenzaremos a sentir limites en nuestra digestión o en la fabricación de nuestra inmunidad.
Teníamos datos muy interesantes que relacionaban “longevidad y consumo de probióticos” procedentes de Kéfir y kombucha. Así abordamos un nuevo modelo dietético que atendiese las necesidades excepcionales de nuestra microflora intestinal para que este maravilloso laboratorio llamado aparato digestivo, trabajase y superase buena parte del desgaste o erosión que sufre a o largo de la vida. Muchas personas padecen alteraciones después de una enfermedad prolongada, una infección por salmonelosis o parásitos comunes como oxiuros, bacilos, tenias, giardias, amebas, sobrepoblación bacteriana etc. En estos casos además de una dieta estricta, el uso de prebióticos ayudará a reducir el tiempo de recuperación, mejorando a mayor velocidad el estado general.
En la actualidad es importante realizar procesos de limpieza e higienización cada cierto tiempo. De esta manera la flora se librará de agentes patógenos como parásitos, fermentos y toxinas. Estaremos actuando en la raíz de muchos problemas que causan fiebre interna, cansancio, bajas defensas, dolores musculares o molestias digestivas. De esta manera al limpiar con preparados como JENJOLINA de acción prebiótica, libraremos al cuerpo de muchos malestares que no tienen un diagnostico claro. Una vez hemos limpiado el aparato digestivo durante al menos un mes, se puede iniciar una la recuperación de la flora viva del intestino. Este procedimiento es lo mas parecido a la recuperación de un bosque que ha sido afectado por un incendio o una devastación.
Si preparados de ensayo como JENJOLINA (base de plantas prebióticas) sirven para limpiar y eliminar agentes patógenos del aparato digestivo; Los estudios llevados a cabo con probióticos que unen determinadas plantas, dan como resultado el LUTEBIOT (preparado a base de plantas y probióticos) este servirá para recuperar la salud perdida en la mucosa digestiva creando una pronta recuperación y mayor bien estar. Con ello se minimizan los riesgos de parecer ulceras de estomago causadas por helicobacter pylori, inflamaciones intestinales, diarreas, gases o sensación de hinchazón abdominal. El empleo cíclico de prebióticos y probióticos mejora la absorción de nutrientes mejorando a quienes padecen de estados carenciales.